lunes, 23 de enero de 2012

Una historia de (mucha) violencia y (nada) de sexo


Bien entrados en la era digital ya es costumbre ver las mesas de toda biblioteca ocupadas por los ordenadores portátiles de los estudiantes, que ahora, en lugar de hundir la cabeza en verdaderas lagunas de apuntes, densas y profundas, se dejan hipnotizar por el inmediato torrente de imágenes que salta de la pantalla a sus ojos. Claro está, no siempre dichas imágenes corresponden a las presentaciones de Power Point de los viejos apuntes, y hay ocasiones en que se puede descubrir al compañero de estudio explorando la red en busca de los trailers de los próximos estrenos. Como el de la última película de terror protagonizada por adolescentes. O por sus órganos internos, porque es eso lo que reclama el público de este género, más incluso que la anatomía externa de los actores, cuyo atractivo sería más comprensible, pero que apenas es posible admirar a causa de una extraña prudencia por parte de los medios.

Recuerdo un día, siendo todavía un crío, de los muchos que había comido en casa de mi abuela paterna. Ella tenía por costumbre ver la telenovela de sobremesa, y yo disfrutaba viéndola con ella. Recuerdo una escena en particular, donde uno de los personajes, una mujer entrada en años, entre sorbo y sorbo del whisky con hielo que se acababa de servir en el mueble bar de su barroco salón, echaba en cara a un hombre de similar edad que se hubiese "llevado al huerto" a una mujer mucho más joven que él. En aquel momento mi curiosa mente infantil, ávida de toda nueva información, se detuvo; le pregunté a mi abuela qué significaba aquello de que se la había llevado al huerto, y ella, viéndose en un aprieto, me dio la primera explicación que se le había pasado por la cabeza: "Quiere decir que la ha enterrado después de matarla." Fue una reacción impulsiva, inmediata, en absoluto premeditada, y por tanto ilustra con claridad el hecho de que mi abuela pensase, en lo más profundo de su subconsciente, que, antes que conducir mi imaginación (la de un niño que, gracias a su desconocimiento sobre ciertos asuntos, conservaba intacta la inocencia) hacia la imagen de dos personas manteniendo relaciones sexuales, era preferible, y mucho menos peligrosa, la idea de un asesinato.

El sexo siempre ha sido el gran tabú de la especie humana. El pecado original, la razón de que el gran mito de nuestro origen explique que el primer hombre y la primera mujer fueran expulsados del Paraíso, condenados por su empeño en saborear el jugo de la fruta prohibida a padecer una existencia de sufrimientos.

El cine y la televisión hacen lo posible -cierto es que cada vez menos- por evitar el detallismo en las escenas de sexo; el pene de un hombre casi nunca se muestra en pantalla -desde luego nunca en erección- y las posturas se coreografían como si de un baile se tratase. Mientras tanto, las escenas de violencia resultan cada vez más explícitas, más retorcidas y, por su elaborado parecido con la realidad, más cruentas y morbosas. Nos hemos acostumbrado a ver miembros amputados -o arrancados-, cuellos cercenados, vísceras colgantes y órganos extirpados; cabezas despellejadas, apuñalamientos, hemorragias y toda clase de atrocidades. Sin embargo, la visión de una vagina siendo penetrada por el miembro de un hombre nos sigue pareciendo más violenta que todo eso. Me parece inquietante la idea de que tengamos mas pudor que escrúpulos, o que consideremos más importante lo primero. ¿Qué clase de sociedad muestra más tolerancia con las mil formas de destruir el cuerpo humano que con la única forma de crearlo?

16 comentarios:

Mandarina dijo...

Uuuuuuf leer esto en exámenes no es bueno para mi salud, me hace reflexionar...la verdad esque a veces se tiene mucho cuidado con el sexo y nada con la violencia, como tú dices, ya lo había notado. A mi particularmente me horripilan las escenas violentas, sangrientas...y me he topado con muchas más de esas sin esperarlo que de las otras!! Es algo que no entiendo, si alguien te da la respuesta, no dejas de contármela!

Becky dijo...

Recuerdo cuando era más pequeña y si estaba viendo una película en la que medio se insinuara una escena en la que se mantuviese relaciones sexuales, mi madre me decía que me tapase los ojos. Ahora, hasta Carlitos de "Cuéntame cómo pasó" sale "manteniendo relaciones sexuales". Creo que el problema, por así llamarlo está en la mente, sobre todo, de generaciones anteriores; donde el simple hecho de ver un canalillo suponía una provocación y, por tanto, censurado. Y después, en la época del destape, vieron (algun@s horrorizad@s) como aquel "cosmos" moral se iba al traste. ¿Se podría pensar en la influencia del género pornográfico como causante? Hay que tener en cuenta que la pornografía fue creada por hombres y para hombres, en una época donde se pensaba que las mujeres no tenían orgasmos y que, en general, eran inferiores al género masculino. No será hasta, avanzado, el siglo XX cuando se empiece a estudiar, sexualmente hablando, a la mujer; y, por supuesto, que aquí a España llegó muchísimo más tarde y hoy en día hay quien se escandaliza y lo evita.
Ahí lo dejo ... por cierto, hay un blog que se llama SexoFacto, recomendadísimo! ;) (no es mio, que conste).

Anónimo dijo...

Me encanta la pregunta retórica final, es sencillamente genial.

Estoy de acuerdo contigo, pero es difícil eliminar de un plumazo todo el puritanismo que ha dominado la sociedad occidental durante siglos. Como es natural, éste se ve reflejado en los productos culturales, entre ellos el cine.

Creo que si poco a poco se va mostrando el sexo como algo propio del hombre y espontáneo, sin hacerlo de manera forzada como en el destape (por poner un ejemplo), se acabará viendo como algo natural.

Aunque me parece que los americanos no están por la labor...

Llus dijo...

Llevo pensando esto mismo bastante tiempo. Cada vez que veo una película con alguna persona mayor se horroriza y escandaliza con cualquier escena de sexo poco explícito, incluso cuando es un matrimonio que busca tener un hijo. Sin embargo, nunca oigo a nadie quejarse en las escenas donde se mata a sangre fría, y de forma cada vez más imaginativa y cruenta. A mi, personalmente, me traumatizan muchísimo más ese gran desprecio a la vida humana que el hecho de que dos personas tengan sexo.

Es la primera vez que leo tu blog, me lo ha recomendado una amiga :) Y decirte que me ha gustado mucho y que me alegra que haya más gente que piense así ^^

Hyou dijo...

Eros y tánatos, la sal y la pimienta de la vida. Me gusta tu manera de pensar la vida.

Julio Santamaría dijo...

Quizás sea un simple miedo a mostrar/ observar algo que nos atañe y, al contrario, nos resulte más fácil ver algo que en principio nos es más ajeno. El sexo es algo que todos hacemos, verlo en pantalla (acompañados) supone una especie de revelación de nuestra intimidad, porque podemos sentirnos identificados. La violencia nos es ajena, por lo general no vamos descuartizando gente, y no nos sentimos implicados. Quizás esa es la razón por la que mucha gente se siente incómoda ante escenas de sexo. Por otro lado está la moral cristiana o de cualquier otra religión, que hacen del oscurantismo y represión del sexo un arma más de control. De todas formas la verdadera violencia tampoco es soportable en el cine, podemos ver explosiones y vísceras en películas convencionales, pero cuando la violencia es retratada desde la verdad (me viene a la mente una película sobre la matanzas étnicas en Ruanda "Disparando perros") ya no es tan soportable. Bueno, decirte que la anécdota de tu abuela me ha parecido estupenda para ilustrar el tema. Perdón por haberme enrollado tanto.
Un abrazo

Becky dijo...

muchas gracias por tu comentario!! por cierto, que no te lo dije en el anterior, me encantó leer tu blog! ;)

Anónimo dijo...

EL FINAL ES SENSACIONAL,COMO TU:).MM

Nomeko dijo...

Buen ejemplo. Todo es culpa de, como decía Bunbury, la policia de lo correcto y las buenas costumbres de hoy.

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

Fantástico! bravo! Chapó! :)
siempre el sexo ha sido un tabú! aunque creo que cada vez menos!!!! hay que hacerlo presente, sin temor a hblar de ello y creo que los jóvenes lo conseguimos!

Besos a tutiplén!

Corazón de Maniquí dijo...

Buenisima reflexión Alvaro... como en todo es lo que aprendemos. Del mismo modo que nos produce más daño ver la muerte/maltrato de un animal (a mi la primera) que la de una persona (cada día en las noticias). Es a lo que nos acostumbran...

Bss

Ana Laura dijo...

Con esa pregunta final la bordas, realmente. Excelente artículo, muy bien argumentado y resuelto :) te felicito.

Te conocí por el concurso 20blogs, mucha suerte!!!

Nacho López Murria dijo...

y cada vez hay menos penes y vaginas, alguna que otra teta que se escapa y más sangre que salpica.
Toda la razón!

Grupo Leyendas Urbanas Blog dijo...

Hemos pasado a visitarte, enhorabuena por tu blog.

Vértigo dijo...

el mundo está un poco loco, no?

Diego dijo...

Soberbio, Álvaro. No dejes nunca de escribir.