jueves, 13 de enero de 2011

Cruising y otros anglicismos

Quien crea que lo ha visto todo en este mundo, se equivoca. No hay más que salir de casa para darse cuenta de que bajo cualquier calle se esconde una cloaca.

El viernes pasado un amigo y yo decidimos que no saldríamos de fiesta, no era esa clase de noche. Yo estaba cansado después de pasarme el día en la biblioteca; él, por su parte, simplemente no estaba de humor.

La programación de la tele era tan pésima que ni siquiera servía para dejar la mente en blanco, y no tardamos en aburrirnos. Empezamos a hablar de trivialidades hasta que, en algún momento, pasamos a temas personales. Amor y sexo, y la falta de ambos; a qué se debía aquella carencia. Declaramos culpable a “la gente”. Así, en general. La gente se había vuelto extremista. Los que no querían encontrar el amor desesperadamente, rechazando cualquier cosa que se saliese de su modelo de pareja ideal, sólo buscaban sexo, nada más, resistiéndose a ir más allá. Sentenciamos a los de la segunda categoría, por el simple hecho de que nosotros pertenecíamos a la primera y, por tanto, los malos eran los otros.

Se le da al sexo demasiada importancia. Todos lo hacemos. Unos lo consideran la expresión suprema del amor entre dos personas, para otros es el pecado original; quien no lo menosprecia, lo convierte en el eje fundamental de su vida. Buscamos ejemplos conocidos: algún ex idealista, algún ex promiscuo; los curas, los puteros.

Los tipos de amor no tienen nombre propio: amor de padre, amor de hermanos, amor de amigos; la palabra “amor” siempre está presente. En el sexo es diferente; sus diversas variantes reciben nombres que, en principio, nada tienen que ver con el sexo: griego, cuchara, misionero, helicóptero, petting, dogging, glory hole, blow job. Surgió la palabra cruising y, junto a ésta, una idea.

Nos subimos al coche de mi amigo y acabamos dando vueltas por el campus universitario. La iluminación era bastante precaria. Era noche cerrada y las farolas escaseaban.

Enseguida notamos movimiento en los que debían ser los puntos clave, los callejones entre una facultad y otra, las gradas del campo de fútbol y el parque central.

Me dio la sensación de encontrarme en una especie de safari, del tipo más sórdido que uno se pueda imaginar. Confundidos por la oscuridad y mi imaginación, había animales que, escondidos entre arbustos y los demás coches, parecían moverse a cuatro patas en compañía de otros más altos, y en ambos casos, de donde ellos estaban llegaban extraños sonidos que el cristal de las ventanillas amortiguó antes de que llegaran íntegros a nuestros oídos.

Una sensación de asco no tardó en atravesarme, intentando imponerse sobre mi fascinación. Evidentemente, no lo consiguió. Nada es tan fuerte como la curiosidad humana, el morbo; salvo, quizás, el orgullo. Pero ese es otro tema.

La lluvia no tardó en caer con toda su fuerza para limpiar los alrededores de aquella fauna urbana, espantando a los pocos especímenes que llegamos a encontrar a nuestro paso.

El campus volvía a estar en calma. Mientras, nosotros seguíamos inquietos.


2 comentarios:

Si me dices serie,... dijo...

Pues que quieres que te diga, o es que soy muy abierto de mente o es que soy un poco iluso, pero yo eso del cruising no lo veo del todo mal.
A mi me parece que es como salir a una discoteca a ligar, un sabado cuando sales con tus amigos de marcha es posible que ligues con alguien y quién sabe, igual acabais en la cama... o en los baños.
Pues lo del cruising lo veo más o menos como eso,.... pero gratis ya que no tienes que invitar a nadie a una copa pa' ligartelo jeje

No sé, es una opción como otra cualquiera.

Ojo! con esto no quiero decir que yo lo haga eh! Aunque si lo hiciese tampoco sería nada malo (vuelvo a repetir, o soy muy abierto de mente, o muy iluso)


P.D.: AR= amigo raro (cosas suyas, a mi no me digas nada)

Daniel Boveda dijo...

Ay alvarito cómo ha subido de tono tu blog en el 2011 prometes carnaza de la buena jajaja pues cuando quieras este té te espera en A Coruña o un finde que baje a Compos... lo tienes negro normal, de melocotón, canela y vainilla...
bicos