sábado, 10 de diciembre de 2011

El M&M

Las escaleras a la entrada de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela son el lugar donde, como se suele decir, se "cuece" todo. Es el equivalente al patio de un colegio –o de una cárcel- o la sala de descansos de una oficina. Allí los fumadores se encierran en su nublado paréntesis mientras pulmones más sanos reservan todas sus energías para la charla casual que nubla en nuestras mentes preocupaciones mayores, tal es el caso de algún examen importante o la intermitencia de los sentimientos del chico deseado. Entre una clase y otra (a cualquier hora, en realidad) ese es el lugar de reunión de los estudiantes de dicha facultad.

Hace un par de días estaba yo sentado en uno de los escalones, haciendo tiempo antes de entrar en clase, pensando en todo y en nada mientras temas de conversación ajenos se solapaban a mi alrededor. Tenía la mirada puesta en el bar de en frente. La puerta se abrió y un conocido de vista, de esos cuya vida está perfectamente documentada en la memoria de uno a pesar de no tener con él relación alguna, salió a la calle con una gélida energía que no era otra cosa que la apariencia de seguridad propia de los arrogantes. Era él, el M&M (Marica y Mala, de colorida apariencia y oscuro en su interior); como era costumbre, iba escoltado por sus doncellas, que no apartaban la vista de sus smartphones. Con paso firme caminaron hacia la entrada de la facultad y, durante una fracción de segundo, mi mirada se cruzó con la del macho alfa, que, a juzgar por la inmediatez con que apartó la vista dejando escapar una mal disimulada sonrisa, me había reconocido.

Más tarde el mismo día me encontraba en la biblioteca pasando unos apuntes a limpio; la sensación de que alguien me observaba llevaba un buen rato clavándoseme en la nuca, frustrando todo esfuerzo por concentrarme. Sospechando el color de los ojos de quien me llamaba en silencio, me di la vuelta. Era él. Esta vez no ocultó la sonrisa, añadiendo picardía a la desafiante expresión. Yo se la devolví, divertido. Me gustaba aquel juego, y a él también.

A última hora de la tarde, de nuevo en las robustas escaleras, todavía mojadas por el aguacero que había caído minutos antes, nos volvimos a encontrar, y esta vez nos saludamos con dos besos, riéndonos el uno del otro con recíproca cordialidad.

-Acabaremos siendo íntimos –dijo él, mientras guardaba mi número de teléfono en su móvil-. Ya verás.

-Enemigos íntimos –apunté yo, haciendo lo mismo que él.

-Como Batman y Catwoman.

-¿Esos dos no acababan liados? –la respuesta a mi pregunta quedó en el aire, como un final abierto. ¿Y qué es la vida sino una sucesión de finales abiertos?

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Uh, tu post rezuma química desde la primera línea que leí. Los finales abiertos son los mejores, no te quepa duda. Me ha encantado leerte, como siempre. Espero que el final abierto y la pregunta retórica tengan continuación y respuesta pronto. Un abrazo muy fuerte.

María Part dijo...

uh... creo que te voy a copiar el acrónimo! hay muchas de esas revoloteando por aquí y así es más fácil de decir, sin levantar sospechas :)

GoBri dijo...

Jaja, el encuentro esperado entre el protagonista y el antagonista. Ese paso que tanto se dice que hay entre el amor y el odio, es donde estais los dos al veros.
Nos encanta leerte, eres incrible, y queremos proponerte algo desde porfingobri, luego te lo comentamos un saludo enorme; y deberías empezar a enumerar las entrada con la M&M, porque puede que acabes como Bradshaw con Mrs. Big jaja, nunca se sabe...

Vértigo dijo...

algo está pasando. está claro!

María/A cualquier otro lugar dijo...

Si es que lo que se cuece en la universidad a veces parece sacado de un culebrón venezolano. Me gusta mucho como escribes :)

¡Besos!

Gershwin dijo...

uhhhhhh, pues si os liáis los que comentamos en post anterior nos tendremos que comer el comentario. con patatas.

B dijo...

Soy fan de esta relación desde ya

Nagammah L. dijo...

Yo que no entiendo de relaciones no te diré nada, ahora, hoy que estoy de hormonas revueltas, JODER. Sólo digo eso, porque no sé si llegaréis a algún lado... ahora seguramente, un par de amarrones no os los quita nadie...

Por cierto, ¿que imágen de niño bueno pasando apuntes nos intentas vender?

Yagoloro dijo...

Yo sólo aportaré un envidioso e infantil "Me has decepcionado...", xD

No.me.pises.que.llevo.chanclas. dijo...

totalmente, la vida son finales abiertos... a veces puede sorprender todo lo que ocurre a tu aldedor y todos...
qué bonita es la facultad de geografía e historia de cualquier ciudad... allí, se cuece to.do! :)
besos fuertes!!!!

Nomeko dijo...

Estás describiendo a mi peluquero.
Un saludo a todos los peluqueros...