lunes, 12 de abril de 2010

Noche de fútbol

El sábado por la noche hubo partido de fútbol, lo que significa que medio país se paralizó, mientras la otra mitad se preguntó qué demonios estaba pasando. Yo soy de los segundos, pero no teniendo otra cosa más interesante o entretenida que hacer, decidí analizar el fenómeno. Me encanta detenerme a observar el comportamiento de la gente en determinadas situaciones, es como visitar un safari sin necesidad de permanecer dentro del coche para evitar ser atacado por un animal salvaje. No siempre, al menos.
Empecé a ver el partido en casa de mis padres, con mi hermano a mi lado. La mirada fija en el campo, nada digno de interés a derecha o izquierda. Una jugada desafortunada por parte de su equipo significaba un visceral alarido que hacía temblar la bandeja de embutidos que se había preparado para cenar delante del televisor. La posible victoria significaba para él mucho más de lo que yo soy capaz de comprender. Las únicas palabras que intercambiaba fuera de su diálogo unilateral con las figuras de su particular tablero de ajedrez, eran rigurosos análisis sobre el proceder de los jugadores, bastante cabales según mis limitados conocimientos sobre la materia, dignos de ser escuchados por el entrenador, que parecía dar instrucciones a individuos en lugar de a un equipo.
El ambiente en casa de Sabela era bien distinto. Cuando llegué, a tiempo de ver la segunda parte, las chicas estaban sentadas a la mesa cenando una saludable ensalada Cuatro Estaciones -con muchos más ingredientes de los que ya venían en la bolsa-, con el partido puesto en la tele a modo de entretenimiento para curarse la resaca producida por la juerga de la noche anterior, más que por un verdadero interés por cuál de los dos grandes rivales del fútbol español se alzaría con la victoria.
El seleccionador del que decidimos que sería nuestro equipo nos llamaba la atención por su atractivo, no por su habilidad para conducir a sus jugadores, y Guti se convirtió en el bufón de la corte por distintas razones, desde su desafortunado corte de pelo -mechas, sólo digo eso- hasta lo paleta que es su odiosa ex mujer. Pero como no todo es frivolidad, Mara dio la nota de seriedad que faltaba poniéndose a la altura de cualquier aficionado con su aportación a la conversación, poniéndonos al día en la alineación y estrategia de juego de ambos equipos, sobre todo a mí, que soy un ignorante en materia deportiva.
Esta doble velada me ha ayudado a comprender dos cosas: no todas las mujeres son indiferentes al fútbol, así como no todos los hombres sufrimos por él. De hecho, muchos hombres, entre los que me incluyo, sufrimos más por los jugadores que por el juego. Y no me refiero al fútbol necesariamente.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

El fútbol, como los toros, tienen una parte filosófica muy importante cuya comprensión es casi imprescindible para entender el comportamiento de la gente.

Tengo que reconocer que gustándome mucho más los toros que el fútbol no dejo de sentir una curiosidad muy importante por el comportamiento de la gente en ambos casos.

Un abrazo.




John W.

Silvia dijo...

Desde luego... entre gustos.. no hay disgustos...
Me hice "fan" hace poco en un grupo de faceB que se llama:
"La Culpa es de los padres que las visten como Guti" - te partes de risa!

BESOS!!!
:D

Anónimo dijo...

jejejej yo me marche a cenar y al cine, ejejej la verdad es que no lo extrañe ni nada, y eso que el futbol no me desagrada, pero verlo solo no me gusta, así que salí al cine con unos amigos, y estaba todo vaciooooo

Un beso cielo

Cecilia dijo...

Jajaja, me ha encantado tu visión;la verdad es que yo soy de esas que ve el partido, lo comenta, lo vive, jejej, pero bueno, para gustos, los colores.

Bicooos!!!

Anónimo dijo...

Yo no soy muy futbolero, pero sí me gusta ver un partido de vez en cuando. Eso sí, el del sábado no lo vi, porque soy del Madrid, y ya me olía la tostada... De todas formas, deduzco que el entrenador que os ponía tan perras era el del Barça, porque Guardiola es mucho Guardiola.

Y la ensalada cuatro estaciones está mejor con queso fresco, surimi y salsa césar.

Anónimo dijo...

Yo tambien soy de los segundos...me dedique a preparar una cena rica rica mientras los demas veian el partido...y no para que lo vieran mejor...si no porque el partido me daba exactamente lo mismo...y me aburria xD

Besitos de caramelo

Ismael U. V dijo...

El fútbol es, entre otras cosas, una descarga para el hombre, también, como dijo Polidori, tiene si parte filosófica, y a algunos nos apasiona, creo que a unos mas que a otros, claramente, pero ademas de todo eso, es como el mate en Argentina, o si se quiere como la matza para el pueblo hebreo, digamos que es una forma cultural de compartir una victoria o una derrota, el juego en si, es un motivo de comunión con el pueblo de uno :) O por lo menos esa es mi forma de verlo.
Salu2 ;B

Cris dijo...

Yo empecé a verlo con Miniyó, quién me lo iba a decir...

Besitos!