martes, 5 de julio de 2011

La decepción

Hace un par de días un amigo me enseñó una nueva aplicación que había instalado en su smartphone, de la que estaba totalmente enganchado. Consistía en un localizador de chicos gays, el mito del "gaydar" hecho tecnología. Basicamente te indica la proximidad de quienes también la hayan descargado en sus móviles, lo que te permite contactar con aquellos chicos, dentro de tus preferencias, que se encuentren cerca de ti y, tal vez, quedar para tomar algo y conocerse. Y lo que surja. Echando un vistazo a los perfiles disponibles, me di cuenta de que muchos mostraban fotos donde el usuario se dejaba ver con el torso desnudo -entre otras desnudeces- y la cara borrosa, en una evidente -y degradante- intención de dirigir las miradas hacia lo que consideraba que debía destacar de sí mismo. Aquello no me gustó. La idea de formar parte de un mundo donde aparecer en camiseta y vaqueros significaba ir demasiado vestido era razón más que suficiente para quedarme fuera, pero eso no significaba que no pudiera cotillear un poco desde el perfil de mi amigo. No tardé en descubrir algo interesante -y vestido-; moreno, pelo corto rizado, ojos marrones, sonrisa de anuncio. Lo que en las series americanas definirían como super cute. Una monada, vamos. Resultó que mi amigo ya había quedado con él y se habían hecho amigos en Facebook, de manera que me enseñó más fotos suyas, añadiendo combustible a la fantasía que empezaba a cargarse en mi cabeza.

Pasaron los días, y el tiempo y mi imaginación habían convertido al chico super cute en el ideal de aventura de verano: divertido, cariñoso, vacilón, de petrificante mirada, estupendo besando, fantástico con las manos. Y más cosas que no procede mencionar aquí.

Esta mañana me encontraba dando un paseo, mirando escaparates mientras me terminaba un helado, cuando un rostro familiar atrajo mi atención. Era él, el chico cute, divertido, cariñoso, vacilón, de petrificante mirada, estupendo besando, fantástico con las manos y más cosas que no procede mencionar aquí. Había visto su foto las suficientes veces para no dudarlo. Era él. Pero no era él; no era mi él. Era él, el de verdad, el que se había sacado una foto para colgarla en un rollo de contactos, el chico que mi amigo ya había conocido; el chico de la foto. No, ese no. No era el de la foto, ni el de mi imaginación. Joder, era el de verdad. El de verdad. Se había parado delante de un escaparate justo delante de donde yo estaba, con cara de idiota, mirándole, intentando buscar la gran diferencia, cuya falta estaba causando aquella versión de prueba de una depresión de caballo. Era el mismo de la foto, y no lo era; los mismos ojos marrones, la misma sonrisa perfecta, la misma barba oscura -sí, un poco más descuidada, pero no era aquello lo que provocaba el cambio-, todo era igual.

Era él, ni más ni menos, el chico real detrás de la fotogenia y la fantasía. Platón habría dicho que se trataba de una vulgar copia de su ideal en el mundo sensible, pero ni siquiera eso era cierto, porque aquel era el de verdad, y el mío, la fantasía, mi ideal, era la copia.

Pasados unos minutos una chica se reunió con el chico anteriormente conocido como cute, en cuya compañía se despidió de mí sin saberlo. Al quedarme solo me di cuenta de que había perdido el apetito, así que me deshice de lo que quedaba del helado, que se había derretido tanto como mis ilusiones estivales a causa de la decepción, ese corrosivo sentimiento, resultado directo del veneno más potente de todos: la realidad.

16 comentarios:

Sol en las alturas dijo...

La, a veces, perversa realidad que viene en el momento menos preciso a estallar nuestras fantasías y a devolvernos de una patada al mundo del que nos habíamos alejado tan agustito... Las decepciones son parte de la vida, vaya...

Vanesa Iglesias dijo...

Por iso eu prefiro tantas veces quedarme co ideal, co meu ideal...Co que era antes das decepcións. Albergo así unha imaxe que se desaparece cada vez que intercambiamos algunhas palabras (que non outras cousas), como ocorreu co teu chico cute. Pero bueno, mentras que o ideal serva para xenerar textos fermosos, benvido sexa...

Bico!!

Nacho López Murria dijo...

Bueeeeno... eso pasaría si conocieras a un ídolo de cine o de la música... cagouen!

Alexandra dijo...

Creo que hay pocas posibilidades de que la mente no empiece a maquinar en nuestro cerebro cuando nos pasa algo como ver una foto de un chico que nos ha parecido atractivo, pero que sin embargo no ha surgido la posibilidad de conocer. La creación de un ideal, es inevitable, al igual que la de imaginarnos situaciones un tanto "subitas de palabras", la putada es cuando el ideal se convierte en realidad, que muy pocas veces coincide con el que te hayas creado, por no decir ninguna... vamos u putadón.
Sucederá algún día que ese ideal se convierta en realidad?? posiblemente no, pero es bonito fantasear, que no?

Anónimo dijo...

Oh, qué lástima. A veces necesitaríamos alguien que nos pinchase para cometer locuras en el momento oportuno.
He flipado con lo del radar, en fin, ya se está perdiendo el arte de ligar y la empatía, todo el mundo va a lo que va. Yo me quedo con mi radar analógico.
Seguro que este verano te depara muchas sorpresas positivas en forma de chicos super cute.

David dijo...

Ais Alvarito, cuanta razón que tienes, a veces es mejor quedarnos con nuestra imaginación que tirarnos a la piscina y saber la verdad. Pero bueno, intentaré presentarte a tu super cute para que tu desilusión no sea tan grande, ya el chico lo vale mil, pero creo que tenemos una cola de aqui a Japón !!

De todos modos creo que voy a desinstalar el grindr, que solo vale para cotillear y desilusionarse :)

Alejandro Macías dijo...

Y seguramente él le dijo a su amiga cuando se fue: menos mal que has llegado, tía, ese chico no paraba de mirarme directamente como si hubiera visto un fantasma, mira, mira, se le ha derretido el helado y ahora tiene chorretones en la camiseta.

deWitt dijo...

Está claro que ser 2.0 es todo un reto ¿una aplicación para el móvil en plan gaydar?? Flipo, jejejeje!!

Saludos

taio dijo...

excelente post

Nomeko dijo...

Ya hay aplicaciones para todo... Tengo una que estudia el sueño.

Lo de la realidad pasa siempre. Lo idealizamos todo y luego te pegas el ostión.
Sartre dijo "Como todos los soñadores confundí el desencanto con la verdad".

B dijo...

Cada uno que haga lo que quiera, como quiera y dónde quiera, pero yo creo, de verdad, que te mereces mucho más que una foto semivestida/semidesnuda en una pantallita minúscula. Ya aparecerá el real :)

Alejandro Macías dijo...

No sé si es el de la próxima semana eh, sé que son los dos últimos, o sea que tendrás que aguantar dos semanas porque, en principio, no se emitirán seguidos, habrá un "continuará" ;)

Bi. dijo...

Joder, hacía siglos que no pasaba por tu blog. Me había olvidado de cuánto me gusta lo que escribes, y cómo lo escribes.

Sobre el qué...sabes? vivo enamorada de Chuck Bass, James Dean y Don Draper.
El primero sólo existe en una serie de televisión, el segundo está muerto y el tercero ni siquiera en pantalla es quien dice ser.

Y al novio que tenía, el de verdad, el palpable, lo he dejado marchar.

Y acabo como siempre comiéndome ese helado del que tu te decidiste con la única compañía de mis hombres bidimensionales.

Gracias por tus comentarios, me encantan.
Un besito, Chic and Chocolate.

Alejandro Macías dijo...

Confirmado, hoy se emite la primera parte del homenaje a Diez negritos y la segunda se podrá ver el próximo lunes.
Abrazo.

Vértigo dijo...

Me ha pasado tantas veces.. imaginar como es alguien y después descubrir que sólo existe en mi imaginación. Me ha encantado como lo has contado!

Aurora dijo...

preciosa entrada! ...y tu blog también! voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl, por si quieres compartir algún sueño con todos los amigos de Coquette.
te espero!
hasta pronto =)