jueves, 13 de mayo de 2010

Nosotros

Resulta casi vulgar el modo en que a veces descubrimos las grandes verdades de la vida. Te encuentras con un grupo de amigos, tomando algo en una cafetería, riendo, hablando de tonterías, disfrutando de esa ilusoria sensación de que todo está bien; sin darte cuenta te descubres a ti mismo con la mirada puesta en la mesa de al lado, donde tiene lugar la realidad, negra como el café que sus ocupantes beben con desgana y áspera como los cigarrillos que fuman sin parar, esperando que su abatimiento se vaya por el conducto de ventilación con cada bocanada de humo que sueltan con la naturalidad marcada por el hábito.
Era una pareja de mediana edad, que bien podrían ser mis padres o los de cualquier amigo mío.
No se miraban a la cara. Cada vez que hablaban, sus palabras les pasaban de refilón, rozando sus mejillas, enrojecidas por lo incómodo de la situación. Por sus alianzas determiné que estaban casados. Por la conversación sobre sus hijos deduje que estaban casados el uno con el otro.

Él estaba insatisfecho, ella resignada.

Me dio tanta pena aquella escena, tan distinta de lo que debió ser hace veinte años, cuando se miraban a los ojos, sin miedo a lo que pudieran ver en ellos, todo lo contrario, deseando descubrirlo.

En ese momento, las risas de mis amigos y cualquier cosa de la que pudieran estar hablando no era más que una nube de humo sobre mi cabeza, algo tan irreal que bien podía haber confundido con el producto de mi imaginación, que tantas veces me traiciona. Una mesa a la derecha tenía lugar la disolución de una relación de pareja, la separación de dos personas que tiempo atrás se prometieron demasiadas cosas, convencidos de que tenían algún valor. Ahora un recuerdo que poco importaba, a la vista de las circunstancias.

Entre ellos había una mesa, y esa distancia tan corta era, al mismo tiempo, una vida entera. ¿Qué había borrado ese “nosotros” con el que muchos soñamos y en el que unos pocos creen?

Niños difíciles, una ocupación poco gratificante, terceras personas. Podía ser todo o nada. Probablemente nada. Simplemente dejaron de quererse. Punto. Tal vez buscar un porqué podría servirles para entender, incluso puede que les ayudase a entenderse. Pero no cambiaría el hecho en sí, que es el fin de un “nosotros”.

Pensé en mi ex, en la posibilidad de haberme encontrado en aquella escena diez o quince años en mi futuro. Pude haber seguido con él, centrándome en el sentido más práctico de nuestra relación. Hacía que me sintiera protegido. Cómodo. Para muchos es más que suficiente. Para mí no lo fue.
Es posible –no sé si probable- que acabe solo, pero algo me dice que esta soledad es muy distinta a la que la pareja de la que hablo lleva años viviendo. Puede que haya llegado la hora de ser feliz con uno mismo.
No es un “nosotros”, pero es un “yo”, que ya es bastante.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El futuro es difícil de predecirlo, pero está claro que en una relación influyen muchas cosas, normalmente de terceras personas, de el ambiente, de lo que nos llega a rodear... Las situaciones difíciles tbm influyen mucho, y en vez de ayudar a que una pareja se sostenga, hacen que no haya motivos para seguir. Dicen que el amor se acaba, no lo se, pero no debe ser fácil verlo venir...

Un beso cielo

Cecilia dijo...

Me encanta cómo describes todas las historias, porque haces que lo real y, a veces, triste, suene realmente poético...

Bicooos!!!

Ismael U. V dijo...

Es verdad Alvaro, que triste, pero la verdad es que mucha gente se miente a si misma por mucho tiempo con tal de formar una pareja y mantener un siento estandart de vida que se supone normal. Hay que ser sincero con uno mismo, ante todo, y solo cuando ambos comparten la misma meta tiene sentido estar juntos, y no olvidarlo.
Me gusto mucho el posteo.
Un abrazo grande.

Unknown dijo...

creo que tienes mucha razón, sobre todo al decir que hemos de sentirnos a gusto y satisfechos con nosotros mismos, solos. porque creo que de esa forma y si hemos de formar pareja con otra persona, será una unión sincera y sin ataduras por terceras razones.

un beso

Unknown dijo...

a veces es mejor una soledad elegida que impuesta por otro/a

Sabrina dijo...

Hola!! Muy lindo tu blog!
Hoy: Copiones y Criticones, seguro alguna vez te paso. Pasa y comentá, lo que quieras.
Que tengas un lindo dia :)

Sabela Senn Lozoya dijo...

Es una triste verdad, y si te fijas más, encontrarás muchas más parejas de esas esparcidas por el planeta.

Hace mucho que yo no publicaba también, pero bueno, he terminado el Bachiller, ahora tendré más tiempo, digo yo, y todo solucionado ;)

Cris dijo...

Qué pena... Ojalá nunca caiga en ese bucle...

Besos.

BLAS dijo...

Eres un gran escritor.
Describes y te expresas muy bien.

Me gusta la foto tuya con sombrero.
Saludos blasianos.